Estimadas pupilas:

Éste es un caso digno de Expediente X .Existen varios misterios en ésta vida, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, ¿qué me conviene más comprarme esos zapatos o comer hasta fin de mes? y por último el enigma de enigmas ¿qué sucede con esos hombres que dicen que te llamarán y nunca lo hacen?.

No os lo explicáis, después de una noche donde habéis desplegado todas vuestros encantos, sonriendo de forma natural pero sin que se os vean los empastes y a punto de morir por falta de oxígeno como consecuencia de ocultar la tripita, ese chico tan mono os ha pedido el número de teléfono.Dadle gracias a San Antonio, de que estamos en la época de los móviles porque todas nos acordamos de lo que era estar dos días sin salir de casa esperando una llamada y maldiciendo a la tía de mamá porque ocupaba la linea telefónica.

Os vais a casa encantadas de la vida y a la mañana siguiente empieza la cuenta atrás, pasa la hora de la comida y el movil no suena, llega la cena y nada.La desesperación hace acto de presencia.Empezáis a montar hipótesis:

– Dios mío le han robado el movil y he perdido al padre de mis hijos
– Está en plena lujuria con la rubia de la barra que no le quitaba el ojo de encima
– ¿¿¿Se está haciendo el interesante???

Y mi respuesta queridas es:

No os ha llamado porque simplemente no tenía ninguna intención de hacerlo.Para ellos el acto de pedir el teléfono es un cierre de conversación como para nosotras dar un número falso (¡admitidlo, todas lo hemos hecho!) y si, probablemente os lo pidió para ver si desapareciais y podía ligar con la rubia de la barra.

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