Estimadas pupilas:

El mundo funciona por la ley de la compensación, o como dirían los místico progres del yin y el yan. Básicamente,  significa que hay que poner allí donde falta. En un mundo ideal, la alopecia masculina se resolvería con el traspaso del abundante y odiado vello que puebla muchas y boscosas partes de nuestro cuerpo femenino. Desgraciadamente, todavía no hemos llegado a esos adelantos y debemos remitirnos en todo caso al equilibrio emocional.

Si queréis conquistar a un cuarentón, de esos curtidos en mil batallas y un poco de vuelta de todo no hay nada mejor que echar mano de la antoñita fetal. Porque si, queridas, porque nada más inesperado para uno de esos chacales que una niñita inocente con vestiditos de flores, vaqueros y bailarinas y la cara lavada. Aderezad vuestro angelical comportamiento poniéndole un gracioso mote del tipo Titín, Gusi, Ferni o el siempre socorrido nene. Haceros la inexperta, y permitidle que os enseñe TODO LO QUE ÉL SABE. Por alguna extraña razón a muchos hombres les encanta la ventaja competitiva que supone ser el primero, antes que ser el mejor.

Es posible por el contrario que la pieza a cobrar sea uno de esos hombres a una corbata pegados, cuyo único momento de espontaneidad es gritar…GOOLLLLLLLLLLLL y que se mueve con la sensualidad de un robot de la guerra de las Galaxias. Quizás su experiencia con las mujeres se reduzca a  una novia pleistocénica en el pasado, de esas con diadema, mocasines y el ajuar que sus abuelas le hicieron desde la noche de los tiempos, razón por la cual rompió con un Fernando para cambiarlo por un Fermín que los novios pasan pero las iniciales de las toallas permanecen.

Si este es vuestro hombre, entonces convertiros en antoñita fatal y descubridle que hay una infinidad de posibilidades más allá de los pijamas de felpa rosa, y las bragas xxl de algodón. Con esta criatura podéis usar maquillaje y poneros tacones, lo cual será un chorro de agua fresca después de años conviviendo tan solo con el Clearasil en una cara femenina. En caso de contraindicaciones por excesiva pasión siempre podéis citar a Jessica Rabbitt “ Yo no soy mala, es que me dibujaron así”

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